miércoles, 22 de septiembre de 2010

Y ASI DECIDI TRIUNFAR


Y así, un día como cualquier otro, decidí triunfar.

 Decidí no esperar a las oportunidades, sino yo mismo
 buscarlas.

 Decidí ver cada problema como la oportunidad de
 encontrar la solución.

 Decidí ver cada desierto, como la oportunidad de
 encontrar un oasis.

 Decidí ver cada noche, como un misterio a resolver.

 Decidí ver cada día, como una nueva oportunidad de ser feliz.

 Aquel día descubrí que mi único rival, no eran más que mis propias
 debilidades.

 Y que en ellas, está la única y mejor forma de
 superarnos.

 Aquel día dejé de temer a perder, y empecé a temer no ganar.

 Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino
 jamás dejar de subir.

 Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener es tener
 el derecho de llamar a alguien "MI AMIGO".

 Aprendí que de nada sirve ser luz, si no vas a
 iluminar el camino de los demás.

 Aquel día aprendí que los sueños son solamente para
 hacerse realidad.

 Por eso, desde aquel día, ya no duermo para descansar.


 Ahora duermo simplemente para soñar.

 No pierdas la esperanza, sobretodo, en los tiempos
 difíciles...........

*** g 11/08 págs. 4-5 ¿Dónde podemos hallar consejos? ***
¿Dónde podemos hallar consejos?¿EXISTE un secreto para triunfar en la vida, no solo en el campo profesional, sino también en el ámbito personal? Como se dijo  el verdadero éxito debe estar vinculado, como mínimo, a principios éticos sólidos y a un propósito noble en la vida, algo que no depende de la fama, la fortuna ni el poder.
¿Dónde podemos hallar principios fiables y respuestas a las preguntas sobre el sentido de la vida? ¿Será buscando en nuestro interior? Hemos de admitir que como seres humanos imperfectos nuestras tendencias pueden llevarnos por mal camino (Génesis 8:21). De hecho, millones de personas siguen tras cosas vanas que la Biblia llama “el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno” (1 Juan 2:16). Ese no es el camino al auténtico éxito, sino solo un engaño que conduce a la desilusión y la infelicidad. No es de extrañar, pues, que muchas personas recurran al Creador en busca de respuestas a las preguntas más complejas de la vida.¿Por qué recurrir a Dios?¿Por qué es lógico recurrir a nuestro Creador? Pues bien, él sabe por qué nos hizo y cuál debería ser nuestro objetivo en la vida. Conoce nuestra constitución física, mental y emocional; de ahí que sepa qué normas nos convienen. Además, Dios es el amor en persona, y por tal razón desea que seamos completamente felices (1 Juan 4:8). ¿Dónde podemos hallar sus consejos? En la Santa Biblia, el libro que escribieron más de cuarenta hombres bajo su guía (2 Timoteo 3:16, 17). Ahora bien, ¿podemos fiarnos de lo que dice la Biblia?
Jesucristo, el representante de Dios más destacado, dijo que “la sabiduría queda probada justa por sus obras”, o resultados (Mateo 11:19; Juan 7:29). La sabiduría divina nos lleva por el camino del éxito y la felicidad duraderos —“el derrotero entero de lo que es bueno”—, mientras que la sabiduría humana que pasa por alto a Dios conduce al fracaso y la infelicidad (Proverbios 2:8, 9; Jeremías 8:9).
Veamos el caso del movimiento hippie, que surgió en los años sesenta del siglo pasado. Su ideología rechazaba las normas y la autoridad de generaciones anteriores y fomentaba las drogas, el amor libre y la filosofía de vivir el presente. Ahora bien, ¿fue sabio aquel estilo de vida? ¿Proporcionó objetivos y normas morales que generaran auténtica paz interior y felicidad perdurable? La historia indica que tales influencias no contribuyeron a la mejora de la sociedad, sino a su deterioro moral (2 Timoteo 3:1-5).
En contraste con las filosofías humanas, la sabiduría bíblica siempre ha producido buenos frutos (Isaías 40:8). Descubra la razón en el próximo artículo, donde se analizarán seis principios que ya han ayudado a millones de personas de todo el mundo a triunfar en la vida, independientemente de su situación económica o estrato social.

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